domingo, 11 de febrero de 2007

Un científico nacido en Mapararí

Ha dedicado su vida a la investigación científica. Habla cuatro idiomas, ha sido invitado como conferencista en 20 países y le gusta coleccionar figuras talladas en maderas.

Cuando era niño ayudaba a su padre en el taller de zapatería que éste tenía. El doctor Orlando Castejón recuerda las caminatas que hacían él, su padre y sus hermanos Omar y Honorio, desde el centro de la ciudad hasta su casa “Bethania” en Valle Frío, con el rollo de suela para zapatos en sus hombros. Cuenta que su papá se paraba cada media cuadra a descansar. Las caminatas le dificultaban la respiración. Su padre tenía un defecto físico, la mitad de su cuerpo estaba paralizada. Y ellos también aprovechaban el descanso para intercambiarse el rollo de suela de un hombro a otro.

Nació en Mapararí un municipio desértico del distrito Federación del estado Falcón un 26 de febrero de 1937. Hijo de Elba Sandoval de Castejón y Clemente Castejón, es el mayor de sus 11 hermanos. Creció en un hogar muy humilde, su madre se dedicaba a la costura y su padre era zapatero y talabartero. Hasta los 9 años vivió en Mapararí un pueblo al que él denomina como un valle olvidado donde los progresos de la ciencia y la tecnología, urbanismo y telecomunicaciones siguen en espera.


De Mapararí a Maracaibo

-En 1946 mi padre tomó la decisión de venirnos a vivir a Maracaibo. Hasta Mapararí llegaba el rumor de la bonanza económica de Cabimas y Maracaibo. Mi padre era un falconiano que veía en el Zulia su tierra de promesas. El no pensaba emplearse en una compañía por su avanzada edad y no tenía ninguna instrucción. Decía que había gente de allá a quienes les había ido muy bien aquí en Maracaibo.
En su mente están vivos todos los ejemplos y enseñanzas de su padre. “Recuerdo aquel hombre inclinado en el suelo agarrando una horma con una mano y con la otra cortando la suela con mucha precisión. Esa posición de humildad fue el ejemplo más paradigmático de la dedicación al trabajo. El trabajo practicado como religión. Mi padre no quería que yo ni mis hermanos pasáramos trabajo como él. No quería que fuéramos pueblerinos sino ciudadanos”.
Orlando Castejón estudió y se gradúo de Médico en la Facultad de Medicina de LUZ. En 1962 se casó con la Haydee Viloria con quien procreó cuatro hijos: Orlay, Clemente, Heydi y Julia. “Tuve la dicha de casarme con una mujer trabajadora y brillante en conocimiento. Ambos nos dedicamos a la investigación científica. Juntos fundamos el Instituto de Investigaciones Biológicas Universidad del Zulia del cual fui director durante el periodo 1972 – 1991”.
Al igual que a su padre le disgustan las personas insolentes. “A mi esposa le criticaba su vocabulario, típico del maracaibero. Yo me crié en un hogar adventista y mantengo lo que decía mi padre: el cuerpo humano es templo de Dios y como tal debe estar limpio. Recuerdo sus enseñanzas. “Mi padre tenía expresiones que solía decirnos cuando se reunía con familiares y amigos, algunas parecían ser propias de sus lecturas bíblicas, él decía: La amistad debe ser de los dos lados; los hombres sin palabras, no son hombres, el hombre que no tiene palabra no sirve ni para criar gallinas; hay que pagar aunque no se tenga para comer”.
En 1964 el doctor Castejón recibe el primer golpe en su vida, la perdida de su padre. “No tuve la oportunidad de estar presente en los momentos finales de su vida. Me encontraba haciendo el postgrado de mis estudios médicos en la universidad de California, en Los Ángeles. La investigación científica me cobraba un alto precio. Para él, mis estudios estaban por encima de todo. Mi padre murió de una metástasis pulmonar”. En su estudio aún conserva, como una reliquia, unas hormas de zapato de él.
Ha dedicado su vida a la investigación científica, siendo ya jubilado mantiene un deseo de trabajar haciendo cada día nuevos aportes de investigación. En el 2000 se lanzó como Vicerrector Académico de LUZ, pero los resultados no le favorecieron. “Mi deseo y objetivo era promover un cambio estructural universitario destinado a fortalecer y consolidar la actividad académica”.
Castejón ha escrito 135 artículos originales de investigación publicados en idioma ingles, 250 comunicaciones a congresos, 5 monografías, 27 ensayos sobre política, filosofía y sociología de la ciencia. Habla cuatro idiomas español, ingles, francés e italiano. Ha desempeñado cargos tanto científicos como públicos. Fue ministro del Ambiente y Recursos Naturales en 1984 durante el periodo presidencial de Jaime Lusinchi. Agregado Científico Misión Permanente de Venezuela ante la Oficina de las Naciones Unidas, Ginebra 1993- 1995. Durante este periodo se residenció en Suiza.

Premios y viajes

En su trayectoria a recibido una gran cantidad de premios. En el 2002 la Universidad del Zulia le otorga el título de “Doctor Honoris Causa” por su ilustre trayectoria en investigación y sabiduría. Quien ha formado parte del personal fundador académico, asesor permanente y maestro de generaciones de relevo. Ha sido invitado como conferencista en Estados Unidos, Canadá, Francia, Inglaterra, Italia, Alemania, Israel, Japón, Australia, Turquía, Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Cuba, México y Colombia. Dictó Metodología de la Investigación, Planificación Científica y Tecnológica, Biología Celular y Neurociencias.
El 29 de julio, del año pasado, Orlando Castejón recibe el segundo golpe en su vida, el fallecimiento de su esposa, Haydee. “Fue mi compañera no únicamente como esposa sino compañera de trabajo. Con ella compartí momentos de alegría y sufrimientos. El día más feliz de mi vida fue el día que me case con Haydee y el más triste el de su partida. La conocí en la Universidad nos graduamos juntos y dos años más tarde nos casamos. Era el comienzo de una vida llena de felicidad y tropiezos como cualquier pareja. Mi esposa murió de un show septico, peritonitis luego de que fuera intervenida”. Para él las mujeres más importantes y las que ha amado han sido, su esposa Haydee y su madre que aún vive.
El doctor Orlando Castejón es una persona conocida por su brillante trayectoria que ha tenido como investigador científico dentro y fuera del ámbito universitario y por ser una persona pacífica. Su hermano Honorio Castejón recuerda las vivencias que tuvo con su hermano cuando eran niños. “Todavía recuerdo cuando caminábamos por las calles angostas de Valle Frió, nos deslizábamos por un muro de tierra que había allí como si fuera un tobogán. Mi hermano ha tenido una carrera muy brillante y aún sigue luchando por aportar cada día más conocimiento”.


1 comentario:

Unknown dijo...

BUSCANDO LA DIRECCION ELECTRONICA ORLAY PARA FELICITARLA..ENCONTRE ESTO QUE NUNCA HABIA LEIDO...Y ME HIZO LLORAR..QUE HERMOSO, RECORDAR A HAYDEE..HABER SIDO SU AMIGA NO TIENE PRECIO.PORQUE ELLA TENIA UN PRECIO INCALCULABLE,COMO SER HUMANO COMO MADRE, COMO AMIGA COMO PROFESIONAL....JAMAS SE MERECIO HABER PARTIDO TAN JOVEN,COMO NO MERECIO HABER PASADO POR CUANTO PASO EN LA VIDA...QUE EN PAZ DESCANSES SIEMPRE ESTARAS EN MI CORAZON....